Hijo del tiempo y del reencuentro
Me enamoré de unos ojos profundos y marrones
Nacido del contacto y de la complicidad
Me enamoré de una risa alegre e infantil
Parido por el suave tacto y el dulce cantar
Me enamoré de la sensibilidad de unos largos dedos
Traído al mundo por la belleza y la inteligencia
Me enamoré de una mujer.
Ahora tengo que ser piedra
Piedra que se convertirá en roca
Roca que se hará granito
Granito que:
Abrasado por el Sol, perderá el brillo.
Castigado por la lluvia, perderá sus vivos cantos.
Atacado por el frío, se resquebrajará y romperá
Y cuando solo sea arena
El viento esparcirá sin compasión
Y que, ni aún así, dejará de amar a esa mujer.
Sin remedio
Hace 8 meses
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