Capitán Caverna


Capitán Caverna, como todas las noches, mas o menos a la misma hora, echó mano de su brújula y sus prismáticos, se desperezó y salio al exterior de su cueva.

Con paso seguro ascendió por la estrecha vereda que sus mismos monótonos pasos habían tallado en la ladera del acantilado durante tanto tiempo y se posicionó en su atalaya.

Todo parecía tranquilo. Observó su brújula, y siguiendo la dirección que le marcaba su aguja alzo la vista y …..Ok, allí estaba, fiel a su cita diaria: La Estrella Polar en todo su esplendor. Guardó su brújula y cogió los prismáticos. Miro a través de ellos el negro horizonte y …..Ok, todo oscuro como la boca del lobo.

Disfrutó un largo rato de las vistas, del aire, del silencio solo alterado por el romper de las tranquilas olas contra las piedras del acantilado y se volvió por donde había venido.

Llegó a su caverna, entro, dejó en el mismo sitio de siempre su brújula y sus prismáticos y se recostó junto a su mujer. Se quedó mirándola un momento y pensó:

-“Que suerte tiene. Ella puede ver el cielo azul y con una sola estrella grande y luminosa”.-

Se tumbó junto a ella y mirando el techo de su caverna siguió pensando:

-“¿Será verdad que existe ese cielo azul y con una sola estrella grande y luminosa?, ¿Me estará engañando y será todo mentira?, ¿Será que yo no puedo ver otra cosa que oscuridad?. Algún día. Sí, algún día lo descubriré, y ese día ………todo cambiará, todo tendrá un sentido.”-

Ayer


Ayer falleció Albert Camús.

Nacido en Argelia, de origen humilde, familia de emigrantes franceses y españoles. A los 44 años ya era Premio Nobel. Poco después moría en un accidente de coche. No llegó a los 50.

Estoy escribiendo esto y recuerdo el segundo capitulo de “El primer hombre”, su obra de edición póstuma e inacabada. El hijo ante la tumba del padre, el padre muerto en combate siendo mas joven que su hijo en la actualidad.

Yo no tengo 50 años, tú no cumpliste los 50 años, hace 50 años que faltas de este mundo pero cuando leo tus libros me pareces mas vivo que muchos vivos de los de ahora.

Nada tiene sentido.

Sé que no creías en mundos más allá del nuestro, pero tú nos dejaste un mundo más allá de ti mismo.

Te dedico tus mismas palabras:

“Hay que pensar en esos artistas que conocen sus límites, no los sobrepasan nunca y, en ese intervalo precario donde su espíritu se instala, poseen la facilidad maravillosa de los maestros. Y cabalmente eso es el ingenio: la inteligencia que conoce sus fronteras”.

Ayer murió Albert Camús. Ayer hizo 50 años que falleció Albert Camús.

Lo absurdo acaba, como todas las cosas, con la muerte.

Estas vivo, en tus ideas y en tus obras.

El absurdo no ha muerto.

Todo tiene sentido.

Por la cuerda floja de los años


Andamos sobre la delgada cuerda de la que cuelgan los años sin estabilizadores, sin cables de seguridad, sin nada, Tal cual nos trajeron al mundo nos dejaron sobre ella, y nosotros a pequeños pasos que alcanzan lo que alcanza un día, intentamos uno tras otro cruzar la cuerda.

No debemos olvidar que en este circo: “El Absurdo Circo de La Vida”, no hay para redes, así que, equilibrista que cae, equilibrista que la palma.

Solo podemos caminar hacia delante, no hay ni otro camino, ni vuelta atrás.

Tampoco quiero olvidar que, seguramente, la unica diferencia entre llegar al final de la cuerda, saltar al vacio o perder el equilibrio, será el tiempo que, al final, hayamos permanecido sobre ella.

Pero no es menos cierto que alrededor nuestro existe una gran telaraña de cuerdas que; o bien son el origen de la nuestra, o se nos cruzan en el camino, o que nos siguen paralelas sirviendonos de apoyo, y otras, quizas las más importantes, cuyo origen está en nuestra propia cuerda, de ella nacen, y, ley circense, de ella se van separando paulatinamente. A estas, especialmente por estas, tenemos el deber de aguantar sobre la cuerda, ya sea depie, arrodillados, cogidos por la punta de los dedos o mordiendo, con sangre en las encias, la cuerda que nos sostiene.

El pasado dia 31, un gran amigo al que conocí hace varios meses, por casualidad de la vida, pero al que aprecio como a los buenos amigos de la infancia, estuvo a punto de caer de la cuerda.

En este comienzo de año, quiero decirte:

Reciente amigo:

Espero que te mantengas sobre la cuerda mucho tiempo, porque hay muchos equilibristas sobre las cuerdas a tu alrededor por las que vale la pena mantenerse y caminar con pie firme.

Ni soy quién, ni quiero dar consejos a nadie, pero creo que: el hombre debe quitarse los bridones para mirar de cara al absurdo que es la vida y sentir, y notar, y entender que si bien su finalidad le sobrepasa en entendimiento, el reconocimiento de esto no es de ninguna manera negativo sino la perfecta razón para vivirlo lo más intensa y largamente posible.

Un abrazo.