Vivir, dormirse, morirse


Dormido caminaba por el Río de lo Cotidiano
Sus hermosas orillas y su denso caudal,
Ajenos a mí, están allí.

La joven y bella Nairuz
Despreciada por su místico velo.
Pero, todos tenemos un velo
Enseñamos aquello que queremos enseñar
Ocultando el resto.

El Hombre del Pijama se duchó,
Y de un salto se zambulló en la piscina
Sus aguas se apartaron
Recibiéndolo con desgana.

Noto el desprecio y la desgana.

El loco de la calle repetía:
“Vivir, dormirse, morirse”.

Noto el desprecio y la desgana
No estoy vivo
Pero no quiero morirme,
Tengo que despertar.

En el oscuro patio
Pediste un deseo a las Lágrimas de San Lorenzo
Y yo, esperé a la Luna de Agosto para despertarme.

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